"La persona crece psicológicamente cuando no se conforma con lo que tiene sino que se preocupa por descubrir la esencia misma de las cosas. No es una exploración superficial o de chismorreo sino más bien una autorreflexión de las propias actitudes o acciones".
Alejandro Rocamora Bonilla
jueves, 22 de mayo de 2014

El gato

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El rincón del optimista

Juan
Considero de vital importancia que pueda controlar mi ira, mis enfados (justificados o injustificados) en favor de mi salud mental y, sobre todo, de la convivencia con los que me rodean. Estimo crucial poder darme cuenta de que estoy enojado, de intentar dominar ese sentimiento, de darme tiempo (contar hasta 10 antes de actuar, de decidir, suele funcionar), decirme que no tiene importancia el origen y de paso evitar una consecuencia clara que tiene la ira que es su contagio, su propagación casi automática. Lo intentaré explicar con el cuento del GATO que me relataron hace ya unos cuantos años en un curso muy interesante.
martes, 20 de mayo de 2014

CONVERSACIONES CON MI MENTE







LIBERTAD





















         Un amor es una ilusión revitalizadora e inmensa, un sueño y una alegría que lo domina todo. Pero a veces se comete el error del apego excesivo, de aferrarse a ello como si nos fuera la vida, ignorando que el amor puede estar o no, pero nuestra vida seguirá igualmente.

         El amor, puede volar o puede quedarse, que mi universo seguirá girando impasible. Con amor la vida es plena y rica; hay ilusión, hay belleza, pero sin amor nada se detiene. El corazón sigue latiendo, el sol sigue brillando… Por eso puede estar o puede marcharse.

         Yo tengo un corazón que es mío. Se ensancha y late con fuerza enamorado y llora dolorido la ausencia, pero a nadie pide que cambie su rumbo, pues a su lado sólo desea otros corazones felices, no esclavos ni sumisos, así que, que vuele o que se quede el amor, al que sólo deseo ver libre y feliz, conmigo o sin mi.

         Yo vivo y viviré feliz y alegre, segura de mi misma y mis dones. Seguiré soñando un mañana en la cuna de mi esencia, donde cabe quien me ame, y de donde nace una fuerza que me acompañe siempre, estés tú conmigo o sin mi. Puedes volar o puedes quedarte, que mi fuerza sigue conmigo y nada me quitas al alejarte.


Mª José Calvo Brasa
miércoles, 14 de mayo de 2014

EL RINCÓN DEL OPTIMISTA

Pensar en un bello paisaje suele transformar la ira en sosiego


El gato

Considero de vital importancia que pueda controlar mi ira, mis enfados (justificados o injustificados) en favor de mi salud mental y, sobre todo, de la convivencia con los que me rodean. Estimo crucial poder darme cuenta de que estoy enojado, de intentar dominar ese sentimiento, de darme tiempo (contar hasta 10 antes de actuar, de decidir, suele funcionar), decirme que no tiene importancia el origen y de paso evitar una consecuencia clara que tiene la ira que es su contagio, su propagación casi automática. Lo intentaré explicar con el cuento del GATO que me relataron hace ya unos cuantos años en un curso muy interesante.
“El dueño de una empresa decidió que para aumentar la producción de su factoría iba a acortar de dos a una hora el tiempo para almorzar de sus empleados. Para dar ejemplo, él iba a ser el primero en cumplir. Salió a almorzar y en el restaurante se demoraron con el servicio con lo que cuando cogió el coche para regresar a la fábrica iba ya algo tarde. Con las prisas se saltó un semáforo en rojo y la Policía le puso una multa. Llegó al trabajo lleno de ira y de rabia. Llamó al subdirector y le pidió los informes de las ventas de la semana. El subdirector le dio algunas disculpas porque no los tenía listos, por eso, de muy mal humor, llamó a su secretaria para que le pasara de inmediato esos informes entre graves recriminaciones por no estar preparados aún. La secretaria se quejó de que le trataran así después de los años de servicio diligente en la empresa, pero, tremendamente enfadada también, le exigió a la becaria que le elaborase los citados informes inmediatamente. Al acabar la jornada, la becaria, se fue a su casa muy enojada y disgustada por lo sucedido, lo vejatorio del trato, y al entrar en el hogar se encontró a su hijo que no había ordenado la habitación ni se había puesto con las tareas del colegio, con lo que sin más explicaciones le castigó sin salir a jugar a la calle durante una semana. El chaval, tan enfadado con este castigo injusto, se marchó ‘echando humo’ a su habitación pero por el camino se cruzó con el gato de la casa, al que propinó una patada llena de mucha, mucha rabia e indignación”.
Moraleja: si el jefe hubiera dominado su ira a tiempo, ésta no se habría propagado como el cólera y el gato no hubiera recibido la patada. Esta historieta me sirvió en su día para meditar sobre los ‘peligros’ que conlleva la ira, que sólo pueden provocar más rabia, violencia y desembocar hasta en guerras y muertes. Por eso cada vez que me enfado por uno u otro motivo intento acordarme de la patada del gato, imagino que me miro desde la distancia, me aparto del origen del enfado y me doy tiempo para que se me vaya pasando.
Por eso, recomiendo, que cuando te llegue la rabia te des cuenta de que no es algo que te vaya a matar, que ha estado contigo muchas veces antes y has sobrevivido perfectamente. Es la misma rabia de otras veces. Cuando te veas envuelto en ella, peleando, acuérdate de la historia del gato, obsérvala como si no te perteneciera, como si fuera la rabia de alguien ajeno a ti, y te encontrarás con una gran sorpresa: la rabia desaparecerá en cuestión de segundos, se diluirá como el azúcar en la leche caliente. Y cuando haya desparecido la ira sin lucha alguna, dejará tras de sí un estado tremendamente hermoso, silencioso y pleno de amor.
Asín sea.

Juan
lunes, 12 de mayo de 2014

EL PSICÓLOGO AL HABLA


Cómo afrontar la depresión
La depresión es un estado de ánimo de intenso abatimiento que conlleva pérdida de interés o de placer por casi todas las actividades habituales y puede ir acompañada de manifestaciones de auto-culpa y desprecio de sí mismo. La persona se encuentra muy triste, decaída, desesperada, irritable... Ve su pasado negativamente y su futuro desesperanzador. No es un bajón anímico temporal, si no un problema que debe ser tratada cuanto antes por un profesional.
Antes de comenzar a tratarla hay que descartar que no esté producida por una causa orgánica como pueden ser las enfermedades neurológicas, endocrinas, cardiovasculares, anemia…. y que no esté asociada al consumo de sustancias como el alcohol o cualquier otro tipo de droga. La depresión es el problema psicológico que a más personas afecta en nuestros días.



Pautas para la persona que la sufre
Los trastornos depresivos hacen que la persona se sienta inútil, indefensa y desesperanzada. Estos pensamientos y sentimientos negativos pueden hacer que se dé por vencida antes de que desaparezcan los síntomas conforme el tratamiento médico o psicológico empieza a surtir efecto. De hecho, la combinación médico-psicológica es la que mejor resultados obtiene para la persona que la padece. Por eso, mientras esto sucede, es conveniente que la persona siga unas pautas que le ayudarán en la recuperación:
•          Cuide la alimentación, sueño y haga algo de ejercicio físico.
•          No tome decisiones importantes. Pospóngalas hasta que su depresión haya mejorado.
•          Divida las tareas grandes, fíjese prioridades y haga hasta donde le sea posible. Mejor empezar por objetivos pequeños.
•          Procure estar acompañado. Generalmente es mejor que estar uno solo ya que pensamos que el aislamiento social produce monstruos.
•          Rechace e intente refutar los pensamientos negativos. Son parte de la depresión y desaparecerán cuando el tratamiento surta efecto.
•          Acepte que puede padecer recaídas y es conveniente adaptarse a ellas y asumirlas para mejor superarlas. Sepa que la mejoría requiere tiempo.
Algunas sugerencias para la familia
La familia es de vital importancia en el apoyo a la mejoría emocional. Sabemos que las personas que le quieren están también sufriendo. Sería razonable:
•          Evitar consolarle por el motivo de su depresión, porque no es el motivo, es únicamente el tema elegido. Es habitual oírles decir: No comprendo por qué estoy triste.
•          No enfadarse con la persona que sufre la depresión.
•          Evitar reprochar al deprimido: Tienes que poner de tu parte. Este hecho carece de efecto, humilla y desmoraliza.
•          Lo mejor es dejarle en paz, atenderle y sugerir sin agobiarle. Aceptar que la persona deprimida no tolera la alegría junto a él.
•          Prevenir el suicidio.
Miguel Ángel Cueto.
Psicólogo.
domingo, 11 de mayo de 2014

LÁGRIMAS DE VERGÜENZA




 Soy médico; cardiólogo, de esos que ponen muelles a los pacientes cuando sufren un infarto. Nuestro trabajo me encanta, pero recientemente salí del hospital un poco más triste que antes.

Un paciente que ya habíamos atendido previamente ingresó de nuevo con un segundo infarto y, al mirar sus arterias, encontramos que el stent, el muelle, implantado unos meses antes, se había trombosado, provocando un segundo infarto mucho más grave que el primero.

Mientras intentábamos reparar de nuevo su arteria enferma, nos aseguró que seguía tomando sus pastillas, pero la relación entre la trombosis de prótesis endovasculares y el abandono del tratamiento es tan alta que, ante nuestra insistencia, terminó por reconocer que lo había dejado dos meses atrás. La situación es muy sencilla: no tiene trabajo, cobra exclusivamente los cuatrocientos euros de la ayuda extraordinaria para desempleados y el tratamiento le costaba más de cien euros mensuales. Tiene mujer, sin empleo, y un hijo pequeño.

"O comemos, o tomo las pastillas".

Allí mismo, este hombre se puso a llorar. Lágrimas silenciosas, sin aspavientos. Lloraba de miedo ante la proximidad de la muerte o de algo peor; pero, sobre todo, lloraba de vergüenza, de tener que mentir a su médico porque no se atreve a reconocer que no tiene suficiente para pagar el tratamiento que éste le receta.

Durante el último año, hemos visto esta misma situación en repetidas ocasiones. En demasiadas, creo. Nunca antes, en muchos años de ejercicio profesional, nos habíamos encontrado con algo así. Además, si todo se redujera al dinero, el gasto sanitario que supone una trombosis de stent supera en muchas, muchas veces el gasto farmacéutico del tratamiento complementario.

No es él quien tiene que llorar de vergüenza. No lo es.

Maximiliano Diego.  Miembro de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Salamanca (ADSP)

Tomado de saludadiario.es
viernes, 9 de mayo de 2014

CAMINO DE SANTIAGO DE LA ESPERANZA

Comenzamos en Camino de Santiago de la Esperanza el 19 de octubre de 2013. La primera etapa de Astorga a Focebadón ya nos queda un poco lejos. Pero como estamos seguros que muchos aún conservan muchas emociones de este primer encuentro, hoy presentamos el video de aquella etapa, que nuestro cineasta Angel, ha tenido el gusto de enviarnos y la laboriosidad de elaborarlo. Con fotos de varios de los caminantes. Para recordar y disfrutar.

Os recordamos que el próximo sábado día 17 de mayo compartiremos otra etapa. esta vez ya en tierras gallegas, de O Cebreriro a Triacastella.




jueves, 8 de mayo de 2014

EL RINCON DEL PSIQUIATRA


“Ser o estar alegres"
La palabra alegría deriva del latín “alicer-alecris”, que significa “vivo” y “animado”. Una persona alegre es sinónimo de tener una visión positiva de la vida. Es una emoción que invade a toda la persona y facilita el bienestar y posibilita la creatividad y las relaciones interpersonales. La alegría nos hace más serviciales y al mismo tiempo más comprensivos con los demás y es un apoyo para seguir viviendo a pesar del sufrimiento o dolor; la falta de alegría nos hace más huraños, poco solidarios, intolerantes y una carga para el resto de la familia y amigos. También la alegría influye positivamente en el bienestar del cuerpo: facilita la relajación y es una defensa para las infecciones bacterianas o víricas.
La felicidad es un estado de plenitud que por la propia naturaleza humana no se consigue en este mundo (somos antológicamente insatisfechos); la alegría es el camino que nos conduce a esa felicidad incompleta. Pero, debemos distinguir entre “estar alegres” y “ser alegres”. La primera es una alegría que surge como consecuencia de un acontecimiento positivo: aprobar un examen, tener un hijo o conseguir un ascenso, por poner solamente algunos ejemplos. El “ser alegres” es la senda para la felicidad. Es una forma de vivir y de discurrir por la vida. Implica optimismo, visión positiva de la existencia y una gran vitalidad. Es una alegría ontológica, no psicológica. La buena alegría, pues, no es la consecuencia de algún acontecimiento externo (bienestar económico, excelente salud, etc.) sino que es algo más. Es una actitud positiva ante la vida.
La celebración: alegrarse juntos
Por otra parte, la alegría, por su propia naturaleza no puede quedar dentro de nosotros, sino que es expansiva y necesita ser compartida por otras personas. La pena puede quedarse dentro de uno mismo, pero la alegría rebosa nuestro ser y se manifiesta por la palabra, los gestos o las conductas.
Alegrarse juntos significa que estamos celebrando algo: un éxito, haber conseguido una meta o el inicio o final de un proyecto. Celebrar, pues, es exponer en común nuestra alegría. Nadie celebra algo en la intimidad. Celebrar es sinónimo de compartir la alegría.
“Esto hay que celebrarlo” es una invitación a que el grupo exprese su alegría por el acontecimiento feliz. De alguna manera, a través de la celebración se está indicando que pese a las posibles discrepancias existen puntos de unión entre los miembros del grupo.
“Estar alegres” o “ser alegres”, esa es la cuestión. Con demasiada frecuencia buscamos el bienestar inmediato (el fácil éxito, el ganar mucho dinero, etc.) para “estar alegres”, pero lo que realmente nos conduce a la felicidad es el “ser alegres”: una forma de situarse en la vida vitalista y positiva e intentando compartirla (celebrarlo) con los demás.
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra