EL TRASTORNO BIPOLAR: UNA ENFERMEDAD CADA VEZ MAS EXTENDIDA

Un amigo de este blog nos ha remitido información sobre esta enfermedad que trasladamos a todos nuestros internautas , porque es bueno saber, para entender, para comprender y para aceptar.

¿Qué es el trastorno bipolar desde el punto de vista de un bipolar?

El trastorno bipolar es una enfermedad que puede afectar aproximadamente a 2 de cada 100 personas, y que tiene la misma incidencia en ambos sexos. Es una enfermedad cerebral en la que se produce una alteración de los mecanismos bioquímicos que regulan las emociones y el humor. Las personas que lo padecen experimentan cambios usuales (en ellos) en el estado de ánimo, en la percepción de la energía y en la conducta. Estos cambios se deben, principalmente, a situaciones estresantes que vive el afectado, generalmente provocadas, desde su perspectiva, por las personas que le rodean. No se trata de una imperfección del carácter, de una debilidad personal o de algo que se pueda resolver autónomamente. Las “subidas” y las “bajadas” son diferentes de las que experimentan la mayoría de las personas. Tanto las personas que ya padecen de estas subidas y bajadas o las que las tienen por primera vez se pueden evitar no sometiéndolas a estrés, mobbing o acoso grave. Se llaman fases de manía o de depresión y pueden llegar a ser tan graves como para requerir la hospitalización. Se puede lograr una estabilización gracias a tratamientos farmacológicos apropiados y a terapias psicológicas, sobre todo psicoeducativas, de modo que es posible alcanzar una buena calidad de vida.

Estados del trastorno bipolar

LA MANÍA

La palabra manía en el vocabulario común tiene múltiples significados, pero en el contexto del trastorno bipolar indica alteraciones muy precisas. Frecuentemente la primera manifestación es la progresiva falta de necesitad de sueño (esto debe ser para tener más tiempo alerta el cerebro para poder defenderte de los ataques, cuanto más ataques, mayor esfuerzo, hasta que te agotas y pasas la barrera de lo real a lo patológico, tú mismo te das cuenta y te rindes y te dejas llevar de psiquiatra en psiquiatra hasta que, después de una larga depresión, vuelves a tener ganas de luchar, esto si no te quedas en la depresión). Se suele dormir de dos a tres horas y es habitual levantarse con mucha energía. El estado de ánimo alcanza la euforia, pero a menudo aparecen irritabilidad y hostilidad si al paciente se le quita la razón cuando la tiene, o se le insulta, u otros ataques. El discurso se hace rápido e incesante. Aumentan las ideas, los proyectos y la confianza en sí mismos. Se actúa de manera desinhibida, así que en ocasiones aumentan los gastos, el deseo sexual y a veces la promiscuidad (esto suele ocurrir en la primera crisis y no en las siguientes y la tendencia hacia el gasto o el sexo dependerá de la causa o las personas que le ha provocado el estrés). Una vez pasada la frontera de lo real a la fantasía se pueden tomar decisiones totalmente incoherentes por ¿la tendencia a infravalorar los riesgos?, y ¿se pone en riesgo la propia salud y la de los demás? No es por esto, es porque ya no se controla, se sufren crisis de pánico o terror a que te agredan y te provoquen la muerte aquellos que te han estresado o acosado. A veces la intensidad de la euforia hace que se pierda el contacto con la realidad, y aparecen así síntomas psicóticos como delirios y alucinaciones, que en la mayoría de los casos causan la hospitalización. Los delirios suelen ser de grandeza y místicos; se pueden llegar a creer que tienen poderes sobrenaturales o que son la reencarnación de santos y de personajes famosos. Las alucinaciones pueden afectar a los cinco sentidos y se le da mucha importancia al sexto sentido. No es difícil ser consciente de la naturaleza patológica de estos cambios, de modo que se busca ayuda médica. El entorno familiar social y laboral se ve profundamente afectado ya que es el que más afecta al enfermo, por lo que se pueden producir separaciones, desastres económicos y despidos. Al haberse producido una alteración de los mecanismos bioquímicos que regulan las emociones y el humor, con un oportuno tratamiento farmacológico los síntomas disminuyen hasta desaparecer, lo que permite la recuperación de la propia personalidad. Los problemas y las luchas familiares y laborales también desaparecen ya que se ha conseguido reducir y encerrar al vencido y derrotado y se procurará que sea de por vida.

(Adaptado de la guía del trastorno bipolar de TRABICALE).